(2) “Hija mía, esta mañana quiero uniformarte toda a Mí: Quiero que pienses con mi misma
mente, que mires con mis mismos ojos, que escuches con mis mismos oídos, que hables con
mi misma lengua, que obres con mis mismas manos, que camines con mis mismos pies, y que
ames con mi mismo corazón”.
(3) Después de esto, Jesús unía sus sentidos mencionados arriba con los míos, y veía que
me daba su misma forma; no sólo eso, sino me daba la gracia de usarlos como lo hizo Él mismo,
y después ha continuado diciendo:
(4) “Gracias grandes vierto en ti, te recomiendo que las sepas conservar”.
(5) Y yo: “Temo mucho, oh mi amado Jesús, al conocerme que estoy toda llena de miserias,
y que en vez de hacer bien, hago mal uso de tus gracias. Pero lo que más me hace temer es la
lengua, que frecuentemente me hace faltar en la caridad hacia el prójimo”.
(6) Y Jesús: “No temas, te enseñaré Yo mismo el modo que debes tener al hablar con el
prójimo":
(7) La primera cosa: Cuando se te dice algo respecto al prójimo, hecha una mirada sobre ti
misma y observa si tú eres culpable de ese mismo defecto, y entonces el querer corregir es un
querer indignarme y escandalizar al prójimo.
(8) La segunda: Si tú te ves libre de aquel defecto, entonces elévate y busca hablar como
habría hablado Yo, así hablarás con mi misma lengua. Haciendo así jamás faltarás en la caridad
del prójimo, es más, con tus palabras harás bien a ti, al prójimo, y a Mí me darás honor y gloria”.
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2-58
Agosto 13, 1899
Amenaza de castigos e intenta calmarlo.
(1) Esta mañana Jesús continuaba haciéndose ver, amenazando siempre con castigos, y
mientras yo me ponía a rogarle que se aplacara, como un relámpago desaparecía. La última vez
que ha venido se hacía ver crucificado, entonces me puse cerca para besar sus santísimas
llagas, haciendo varias adoraciones, pero mientras esto hacía, en vez de Jesucristo he visto mi
misma imagen. He quedado sorprendida y he dicho: “¡Señor! ¿Qué estoy haciendo? ¿A mí
misma estoy haciendo las adoraciones? Esto no se puede hacer”. En ese momento se ha
cambiado en la persona de Jesucristo y me ha dicho:
(2) “No te asombres de que haya tomado tu misma imagen; si Yo sufro continuamente en ti,
¿qué maravilla es que haya tomado tu misma forma? Y además, ¿no es para hacerte imagen
mía por lo que te hago sufrir?”
(3) Yo he quedado toda confundida y Jesús ha desaparecido. Sea todo para gloria suya, sea
bendito siempre su santo nombre.
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2-59
Agosto 15, 1899
Jesús le ordena la caridad. Fiesta de la Mamá
Celestial. Le da el oficio de mamá en la tierra.
(1) Esta mañana mi dulcísimo Jesús ha venido todo alegre, trayendo entre las manos un ramo
de bellísimas flores, y poniéndose en mi corazón, con aquellas flores ahora se circundaba la
cabeza, ahora las tenía entre sus manos, recreándose y complaciéndose todo. Mientras se
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