Jesús, el Señor le da una partecita de sus virtudes, y el alma siente en sí aquellas virtudes como
si fueran suyas, pero sin embargo advierte que si bien las ve suyas, el poseerlas le es dado, que
han sido comunicadas por el Señor. Sucede como a una persona que ha recibido un don que
ella no poseía, ahora ¿qué hace? Lo toma y se hace dueña de él, pero cada vez que lo mira
dice entre sí: “Esto es mío, pero me fue dado por esa persona”. Así hace el alma a la cual el
Señor desprendiendo de Sí una partecita de su Ser Divino, la cambia en Sí mismo.
(14) Ahora, esta alma, cómo aborrece el pecado, pero al mismo tiempo compadece a los
demás, ruega por aquél que ve que camina en el camino del precipicio, se une junto con
Jesucristo y se ofrece víctima para sufrir y así aplacar la divina justicia y para librar a las criaturas
de los merecidos castigos, y si fuese necesario el sacrificio de su vida ¡oh! de buena gana lo
haría para la salvación de una sola alma.
(15) Habiéndome dicho el confesor que le explicara como veo la Divinidad de Nuestro Señor,
le he respondido que era imposible saberle decir algo, pero en la noche se me apareció el
bendito Jesús y casi me reprendió por esta negación mía y entonces me hizo relampaguear
como dos rayos luminosísimos; con el primero comprendí en mi inteligencia que la fe es Dios y
Dios es la fe. Ya intenté decir alguna cosa sobre la fe, ahora trataré de decir como veo a Dios,
y éste fue el segundo rayo.
(16) Ahora, mientras me encuentro fuera de mí misma y encontrándome en lo alto de los cielos
me ha parecido ver a Dios dentro de una luz y Él mismo parecía también luz y en esta luz se
encontraba belleza, fuerza, sabiduría, inmensidad, altura, profundidad sin límites ni confines, así
que también en el aire que respiramos es Dios mismo que se respira, así que cada uno lo puede
hacer como vida propia, como de hecho lo es. Así que ninguna cosa le escapa y ninguna le
puede escapar. Esta luz parece que sea toda voz sin que hable, toda obrante mientras siempre
reposa; se encuentra por todas partes sin estorbar en nada, y mientras se encuentra en todas
partes, tiene también su centro. ¡Oh Dios, cómo eres incomprensible!, Te veo, te siento, eres mi
Vida, te restringes en mí, mientras quedas siempre inmenso y nada pierdes de Ti, sin embargo
me siento balbuceante y me parece no saber ni decir nada.
(17) Para poderme explicar mejor según nuestro lenguaje humano, diré que veo una sombra
de Dios en todo lo creado, porque en todo lo creado, dónde ha arrojado la sombra de su belleza,
donde sus perfumes, dónde su luz, como en el sol, donde yo veo una sombra especial de Dios,
lo veo como delineado en este astro, que es como rey de los planetas. ¿Qué cosa es el sol? No
es otra cosa que un globo de fuego, uno es el globo, pero muchos son los rayos, de modo que
entonces podemos comprender fácilmente:
(18) 1° El globo es Dios, los rayos los inmensos atributos de Dios.
(19) 2°. El sol es fuego, pero al mismo tiempo es luz y es calor, así que la Santísima Trinidad
está representada en el sol: El fuego es el Padre, la luz es el Hijo, el calor es el Espíritu Santo,
pero uno es el sol, y así como no se puede dividir el fuego de la luz y del calor, así una es la
potencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que entre Ellos no se pueden realmente
separar. Y así como el fuego en el mismo instante produce la luz y el calor, así que no se puede
concebir el fuego sin concebirse también la luz y el calor, así no se puede concebir al Padre
antes del Hijo y del Espíritu Santo y así recíprocamente, tienen los Tres el mismo principio
eterno.
(20) Agrego que la luz del sol se expande por todas partes; así Dios, con su inmensidad
dondequiera penetra, sin embargo recordemos que no es más que una sombra, porque el sol
no llegaría a donde no puede penetrar con su luz, pero Dios penetra dondequiera. Dios es
Espíritu purísimo y nosotros lo podemos simbolizar en el sol que hace penetrar sus rayos
dondequiera, sin que ninguno los pueda tomar entre las manos, Dios mira todo, las iniquidades,
las infamias de los hombres y Él queda siempre lo que es, puro, santo, inmaculado. Sombra de
Dios es el sol que manda su luz sobre las inmundicias y queda inmaculado, expande su luz en
el fuego y no se quema, en el mar, en los ríos y no se ahoga, da luz a todos, fecunda todo, da
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